Tirame flores, pero no tu nombre,
pero no tu nombre.
Tirame con flores, por las esquinas,
de este desencanto.
Contundentes, cercanas, guardadas flores
para lanzar a todo lo que es nuestro.
Para pensar.
Tirame flores, pero no tu nombre,
no tu historia, no habito la trinchera de mi cuerpo.
Estornudaré polinizada
y descalza marcaré la playa
me quemará el asfalto
y seré sombra
pero no tu nombre.
domingo, 30 de septiembre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
Soldados del pecado
De lo que fue,
de las batallas más bravías y hormigueantes en el pago,
de ojeras y sabores amargos,
ganas de reventar lo visible
y consagrar lo indecible hasta sublimarlo
en infinito.
De lo que ansío,
en las brechas de silencio con las vueltas al camino,
de los guiños cómplices,
de la niña que duda
si todo aquello la mancha o no la roza
siquiera.
De desteñidas horas,
son soldados en mi ejército de simpatías,
vestiditos de colores y bailarines
empuñando, eso sí, el rifle del chiflete.
Soldadas. Soldados.
Si ya nombrarlos es matarlos, digamos del pecado al fin y al cabo.
de las batallas más bravías y hormigueantes en el pago,
de ojeras y sabores amargos,
ganas de reventar lo visible
y consagrar lo indecible hasta sublimarlo
en infinito.
De lo que ansío,
en las brechas de silencio con las vueltas al camino,
de los guiños cómplices,
de la niña que duda
si todo aquello la mancha o no la roza
siquiera.
De desteñidas horas,
son soldados en mi ejército de simpatías,
vestiditos de colores y bailarines
empuñando, eso sí, el rifle del chiflete.
Soldadas. Soldados.
Si ya nombrarlos es matarlos, digamos del pecado al fin y al cabo.
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