viernes, 11 de mayo de 2012

May Story a Day 12 : Cumulus nimbus


El montoncito de partículas que conforman tu nombre, esa materia que se desplaza, se va de viaje, me deja un mes… huye a Buenos Aires y a Casabindo. Buscando sus pasiones, desmadejàndose en la vida que te ovilla y te jode.
Ese cascabel de tu nombre pronunciado por otros, en la punta de una mesa cuando paso caminando cerca del bar, me da vueltas y me planta una cara típica, ilegal. Prendo algo rápidamente, o te llamo … y quizás no estás.
Cumulus nimbus… hidratante y sofocante . Me mataste.
Solo espero la tarde para sentarme en el balcón a verte gorda y blanca entorpeciendo el horizonte. Deshaciéndote de nuevo para persistir.
Me envuelvo en vos aunque no pueda comer por días y me deprimen tus desperezos, tus desayunos, tu vitalidad, papeles amarillos y lámpara torcida.
Cumulus : baja un cambio. Baja un rato.
O destrozame de una vez con tu tormenta que es mito.

May Story a Day 11: Rostros.


Hoy se despertó asustado, gimiendo sin lágrimas con expresión dolorosa…infinita. El sueño fue tan real, la situación tan corriente y posible. Atrasó el despertador media hora, sentía merecer un tiempo en compensación por la angustia gratuita onírica.
Hoy le dijo a ella que la amaba profundamente, como de costumbre y la besó como nunca. Llenandose de nueva sed, para todo el día.
Se escapó del trabajo, de los papeles y las oportunidades para ir al lago. En un remanso de su tarde.
Allí mojó sus manos que ardían, allí quedó perplejo al ver rostros flotando en el agua…semisumergidos. Rostros, dolorosos, olvidados, viejos, sin alma.
Se recordó por la mañana, algo tenían que ver.

May Story a Day 10 : Podada


Después de una larga siesta me dirijo al jardín de casa, todavía soñolienta y entumecida. Hace tiempo no utilizo las tijeras que mi tío me heredó. “Te van a hacer falta, si seguís acumulando bosques”, decía. Y era cierto … desde mi adolescencia desarrollé cierta tendencia vegetal. Recoger tallos, comprar semillas y leer sobre botánica era para mi como ir al cine o salir con amigos.
El ajetreo diario hizo que desbordara mi frondoso mal llamado jardín, en verdad tengo 180 metros cuadrados de superficie repleta de especies verdes, y otros colores. Jungla personal. Descuidada.
No respeto las normas ni siquiera en tareas domésticas, por diversión. Lo correcto y más sensato sería comenzar a podar desde adelante, para ir adentrándose poco a poco en el corazón de la maleza y dar forma al lugar. Envalentonada, me pongo los guantes y el mameluco. Cierto dejo de aventura en mis ojos y aires de carpintero. A pesar de las ramas y lo salvaje…camino hacia el centro de mi lugar. Me lleva un largo tiempo, por momentos siento que me pierdo, transportándome a otro mundo tan irreal, tan incompatible con mi concepto…esto esta realmente abandonado. Y cuando creo estar ubicada, cansada y en penumbras…rodeada de lianas, hojas enormes y frescura, me detengo.
Zaaaag, zaaaag! mis tijeras de podar están vivas. Zaaaag, zaaaag ! se lubrica el metal con la sabia y van más rápido. Adelante, atrás, a los costados, caen suaves pétalos sobre mi, se despeja el entorno. Permanezco, aproximadamente 3 horas en la tarea…
A punto de detenerme, los brazos dolorosos, los cachetes rojos y casi casi satisfecha por el trabajo del día, lo veo : un espécimen no reconocido, un alguien que no debería estar allí. Demasiado feo, sus flores otrora resultaron venenosas y las mariposas hulleron del lugar en cuestión de meses. Desde que apareció no crecieron al rededor suyo otras floras y fue criando raíces descontroladas que al principio eran intrigantes por sus raras formas y luego estropearon la belleza del conjunto. Lastimando lo más bonito de allí. Mis energías fluyen naturales y tengo para un largo rato más.
Corto tus dedos, corto tus muñecas secas, Zaaaag, Zaaaaag ! duro tu tallo, duro de arrancar, y otro más, enredadera, hiedra, Zaaag ! Zaaaaag ! caen tus pedículos marchitos, de ojos cerrados, nariz incipiente, y core de ayer.
Ahora : abonarás.