“Nunca leí, ni oí narrar en cuento o historia que el curso del amor verdadero haya discurrido en alguna ocasión con suavidad”
El sueño de una noche de verano, I, 1.
Terminó de leerle las palabras memorizadas con tanto fervor que se puso colorada. Lo había hecho muy bien, suave, sensual…con intención de darle a él una sorpresa, llena de encanto y encima ¡de Shakespeare!...No entendía bien su contenido, pero era algo salvaje, extravagante lo que insinuaba entonces le pareció oportuno cuando lo encontró en Google.
Esperó algún gesto de él. Solamente la miraba con la boca entreabierta. Con expresión indiferente.
-¿No te gustó?
-No.- contestó- Porque el amor no existe.
Y después de eso, pagó el café y se fue sin ganas de volver a verla en su vida.
Vaya...
ResponderEliminar