Tuvo hambre y ella le regaló una manzana.
Obtenida de la nada, de las alturas, a través de una escalera que posicionó justo ahí...
La que parecía no existir hasta que la tocó con las manos blancas de pan y sangre inmaculada.
Su espalda olía a bosque y esa fruta...
Saciando, enloqueciendo.
"Estar o no estar contigo será la medida de mi tiempo...cuando estés aquí te besaré y cuando no, plantaré árboles de manzanas."
Tu espalda me huele a bosque...quiero soplar cada hoja de ese bosque en mi recuerdo, siendo el viento que te ayude a alejarte rápido así tocas la piedra y ya, pronto, puedes regresar.
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