Cuando sueño vivo intensa mi vida paralela. Anoche por ejemplo, en la cena de la casa de sus padres el cielo era blanco y había cohetes que tiraban nubes de contorno nítido plateado y dorado. Son colores que en esta vida concienzuda, detesto. Y allí, en esa terraza de éxtasis onírico no cabía más plenitud, empalagosamente perfecto era mi goce visual. Voló un unicornio, y no sonaba Silvio.
Cuando sueño me acerco a lo que creo es el misterio. En esta caradura de día o de noches no dormidas, camino por las cornizas suburbiales de nuestro pacto de realidad.
¿Dónde estás vos ahora?
Parte de mi noche, de mi día. Cada estación. Cada año.
El error está en lo de "parte", en lo de "siempre", en el entre desmesurado o en la agonía de la falta...¿Hay error?
Que el llanto no nos deje leer siquiera esto que escribo, ¿para qué sumarle garabatos al pensamiento? No puedo articular más que el capricho de los recuerdos y el metal de los encuentros con fascinación infantil por jugar a crear eternidad...en el sinsentido de un nosotros.
Qué gran estupidez humana me implanté, qué difícil arrancarla de cuajo sin uhír al carajo...
Y me despierto.
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