miércoles, 30 de marzo de 2011

Sobre el corazón

 El corazón tiene sus cosas. Entre una persona y su corazón existe un lenguaje específico, único. Si no se ejercita se pierde. La persona se pierde, el corazón hará la suya. La persona creerá que lo lleva, que ES el corazón, pero no. Él mantiene su autonomía.
"No soy yo, es el corazón." Se refugiará, sin conocer que es al revés.
Con su carga y su ritmo, hay toda una alquimia en el contacto de ambos, persona-corazón.
Ese camino que dicen que el corazón señala, muchas veces es casi imposible. Destructivo, extraño. Y él, intachablemente lo sigue señalando, lo seguirá queriendo, sabio. Y lo sabemos.
Porque se mueve en otros estratos...esa incomprensible pureza que ni roza la cultura, la moda, la educación...ni qué hablar del tiempo y las cuadraturas.
Los corazones ven con absoluta claridad todo lo que a nosotros se nos nubla. Hay que ponerse de su lado, hacer treguas. Conversar. Explicarles que uno sufre en carne sus desvaríos, su causa. Pedirles paciencia.
Y creo yo que lamentablemente en algunos casos, sublime en muchos otros...siempre hay que respetarlos, secretamente...seguirlos. Son mucho más inteligentes que nosotros.

El corazón tendrá esa cosa, que por ponerle una palabra le diré tortuosa. O conmovedora, o misteriosa o simple : Infalible.

                                                                                                                Tucumán-2009.

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