viernes, 18 de marzo de 2011

talla definitiva


Bañas mis costas una mañana,

se deforman en los bordes de las horas,
las olas
tuyas
lamiendo un anhelo
mío,
de que llegues más lejos.

Te quedaba de paso
esta parada,
la visita azul es oportuna
en las orillas conocidas
portasoledades
mi puerto
sin barcos, eterno. 

Quiero que te quedes
siento que lo vas a hacer.

El deseo está en este lado, 
vos llevas el mar indiferente
calmo
peligroso
lleno de vida desconocida
a cualquier parte
a todos lados
azarosos tus objetivos fluctuantes…

bañas mis costas una mañana
nos vemos, mar de mares
venís renovando un relato
viejo
de amores, de viajeros, de humanos, de tiempos
espuma, frescura...silencio.

Y tus necesidades repentinas
no sienten la paz cristalina
actúan cual centrifuga de tu presencia
te llaman
te disfrazan extensiones, latitudes, otros muelles quizás...

Pudimos encontrarnos en la claridad
pocos segundos

pude empaparme con gotitas
traídas con la brisa de tu llegada
esta mañana…

podría haberme mojado los pies
haberme dejado dormitar 
sentir un poco mas
un poquito mas

¿Qué pasa? 

Agua ruidosa ahora,
turbulenta en tus entrañas
ya te vas. 

Apenas pude imaginarme en vos
y ahora revivirás otro lugar.

Con el tono grave de un rolido
que serio y apresurado debe partir
se retira la inundación salina
desde mi punto de vista
todo es agua que se retrae, todo es arena que nace
que vuelve a respirar, saliendo del ahogo
de toda la presión acuática 
que tenía encima 
que cargas
 que sos.

El mar retrocede...la costa, mi borde...esta orilla que habito
toma dimensiones kilométricas en minutos
ya ni sé cuantos, los números no intervienen
aunque es una sensación de cronometro de la muerte.

Soy yo
la que se queda sentada en el muelle,
pedacito a pedacito fabricado entre sueños
desvelos, taquicardias, revelaciones...
certezas, miedos terroríficos,
canela, piedras, luna y caracoles...
con mi vida.
para encontrarte mar adentro.

Con mi vida, estoy aquí
pequeño bulto de un paisaje lejano ya a tus andares
puntito cósmico.
Algo más en la materia, en la tierra
noción vaga de existencia.

En el horizonte veo una línea plateada, 
quizás es lo que queda de tu espejo.

 Silencio, de nuevo…

bañabas mi costa
ahora la costa no existe
 era de mañana
ahora el sol asa mi cuerpo
 fue palpable tu presencia
respiro en soledad, 
y el sonido de eso
me asusta
el silencio me deja perpleja, otra vez

No sé como sucede 
pero el mar retrocede.

                                                                    Y aquí
lejos de él

nacen cactus
se levanta la tierra 
se está despertando,
me rodea un movimiento de arena
me pica la garganta, arden los ojos
la voz no se produce
sonidos desconocidos 
hay una viscosidad en mi lengua
extraña
ahora,
ya no soy.

No distingo lo que veo, ni puedo relacionar
crece en mi una necesidad voraz,
saciar mis adentros
mover el cuerpo, fundirme en la explanada
es otra claridad
 otro vibrar.

Me siento fuerte, poderosa.
  El sol me está recargando la energía de años quieta.

Con mi nueva cascara 
olvidé el mar,
mis espinas no precisan ni una gota de ese mundo
tengo nuevo terreno que habitar
la piel rugosa,
ya es prisma de todos los colores.

Bajo mis garras el muelle es roca,
tu visita es olvido
el tiempo un sinsentido...
mi mutación,

talla definitiva. 

Si el desierto es lo que hay
lo que decidiste dejarme
viviré
reinaré
reptando
el mundo seco
  aprenderé en las cuevas,
de los vientos
en las llanuras, de los muertos.

Tu artificio alimentó mi realidad más pura.
Saboreo nuevas figuras.
Anochece,

empiezo a andar.